Saint or sinner
Harlequin
1995/2013
Joshua
McBride ha mirado de frente a la muerte. Al menos es la sensación
que tiene cuando “casi” muere en el frente de batalla. Tras un
año recuperándose en un hospital militar, una vez finalizada la
guerra, regresa a su hogar en Van Caster, Indiana.
Lo
hace como un hombre nuevo, cambiado.
Durante
años ha llevado una vida sin ataduras ni responsabilidades. Pero
ahora quiere echar raíces, formar parte de la comunidad donde nació.
Sabe que no lo tendrá fácil. El pasado es difícil de olvidar y
todo aquél que lo mira lo recuerda participando en las carreras de
caballos, como un mujeriego pendenciero o bebiendo en el salón.
La
primera persona que se encuentra en su regreso es una joven de
dorados cabellos que afanosamente hace su colada. Su nombre es
Adelaide Stapleton y lleva viviendo en Van Caster desde el comienzo
de la guerra. Pese a que no se conocían de antes, su fama le precede
y la remilgada señorita Stapleton no le disponsa una cordial
bienvenida.
Así
que cuando Chessy, su hermana, con la que también trata de enmendar
errores pasados, le informa que Addie Stapleton es la líder de la
sociedad Dorcas, Joshua entiende que si logra ganarse a Addie, si
demuestra cuánto ha cambiado, el resto de mujeres y todo el pueblo
también lo hará.
Pero
Addie es de la convicción que la gente nunca es lo que parece. Y
pese a todas las buenas intenciones de enmienda y redención de
Joshua McBride, no confía él. Pero también ella guarda sus propios
secretos y un pasado que trata de ocultar. La atracción que siente
por Joshua McBride pone a prueba sus principios y, sin pretenderlo,
el apuesto seductor puede desvelar ese secreto que tan celosamente
guarda.
Hay
novelas que por su sencillez y dulzura te conquistan. Porque a veces
no necesitas complejas historias de amor y odio para cerrar el libro
con una sonrisa. A veces la sencillez basta.
Como
para mí ha sido el caso de esta novela.
La
historia transcurre tras el fin de la guerra de secesión, donde
nuestro protagonista, Joshua McBride, fue gravemente herido. Tras
casi morir y sabiendo que está ante una segunda oportunidad, está
decidido a cambiar de vida y enmendar errores pasados.
De
modo que el protagonista que conocemos es un hombre que busca la
redención. Primero se reencuentra con su hermana Chessy y su cuñado
Danny, amargado pues perdió un brazo durante la guerra, a los que
trata de ayudar. Luego conoce a un muchacho llamado Yancey, un joven
especial que vive en un cobertizo, olvidado por el pueblo, a quien
ofrece casa y trabajar para él.
Y
por otro lado, conoce a Adelaide Stapleton...
Lo
que comienza como un intento de ganarse la aprobación de la señorita
Stapleton y toda la sociedad de mujeres, acaba derivando en casi un
cortejo en toda regla. Pues Joshua ha decidido que ha llegado la hora
de sentar cabeza, de casarse y formar su familia. Y Addie, tan
melindrosa, le atrae como ninguna otra mujer. Joshua sabe que Addie
oculta algo y está dispuesto a ganarse su confianza para que le abra
su corazón.
Saint
o sinner es, como digo, una novela muy sencilla, donde nos narra el
día a día en este pequeño pueblo de Indiana tras el fin de la
guerra. Es una comunidad conservadora y anticuada que no acepta muy
bien el regreso del pendenciero Joshua McBride, pero ante el que poco
a poco van cayendo como moscas en la miel.
No
obstante, la más dura de roer es Adelaide Stapleton, que durante
años ha llevado una vida sencilla y protegida y que, por desgracia,
ve amenazada primero por Joshua, luego por el hombre del que se
esconde y que aparece en Van Caster...
Con
una trama sencilla, ambientada en un enclave rural y humilde, que
renace tras la guerra de secesión, somos testigos, también, del
renacer de Joshua McBride. Y mientras trata de redimirse a ojos de la
comunidad y de su hermana, trata de enamorar a la esquiva y difícil
señorita Addie Stapleton.
Sinceramente
a veces he tenido la sensación de estar ante un historia un poco
surrealista por detalles que, claro está, no desvelaré, pero leerla
me ha hecho reír, me ha emocionado y también encogido el corazón a
ratos. Porque, pese a ese halo de ternura que la envuelve, refleja
situaciones y realidades más amargas: las secuelas físicas y
psíquicas de la guerra, la vida de personas como Yancey cuyas
limitaciones le han mantenido ignorado entre sus vecinos, y el peso
de los secretos y los miedos.
Pero
ante todo es una novela muy dulce, tal vez como digo surrealista en
algunos puntos, pero a mí me hecho pasar un rato muy agradable.
Es
de esos libros que abres sin muchas pretensiones, pero lo cierras con
una sonrisa de felicidad.
¡Qué
novela más bonita!
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