viernes, 30 de agosto de 2013

The next best thing - Kristan Higgins

















The next best thing
HQN Harlequin
February 2010


Lucy Lang enviudó con apenas veinticuatro años. No sólo perdió al hombre con quien esperaba pasar el resto de su vida, sino que abandonó sus sueños de convertirse en repostera. En lugar de eso, comenzó a trabajar en Bunny, la panadería de las tres hermanas húngaras, regentada por su madre y sus tres tías, a los que se les conoce como Las Viudas "negras". Todas ellas perdieron a sus maridos siendo muy jóvenes. Se dice que una maldición cae sobre las mujeres Black...

Casi seis años después, Lucy aún no ha superado la muerte de Jimmy, pero tras el nacimiento de su sobrina se percata que, más que nada en la vida, desea formar una familia. De modo que decide que ha llegado el momento de volver a salir con hombres, elegir uno con el que casarse y tener hijos.
Lucy no aspira a demasiado. Sólo desea encontrar un hombre agradable, decente, alguien que corte el césped, haga barbacoas y sea un padre cariñoso. Pero, sobre todo, desea que sea un hombre que no despierte en ella pasiones intensas, que no le deje el corazón encogido ni muera joven.

El primer paso, no obstante, será informar a Ethan, su cuñado, mayor apoyo y amigo con beneficios que deben dejar de acostarse juntos.
Ethan es divertido, leal, su mejor amigo desde que se conocieron en la escuela de cocina. Gracias a él conoció a Jimmy. Pero una relación entre ellos sería impensable, no sólo porque es su cuñado, sino porque... ¿y si a Ethan, imprudente y temerario como es, le sucede algo? ¿Y si la maldición de las viudas negras causa la muerte a otro Mirabelli?

A Ethan no le coge demasiado por sorpresa que Lucy quiera tener hijos, pero sí le pilla totalmente desprevenido que ponga fin a su relación. Después de todo, si piensa en casarse y formar una familia, ¿quién mejor que él? Nadie la conoce como él; nadie puede ofrecerle lo mismo que él. Si ella quisiera, se casaría con ella, aún sabiendo que siempre sería la segunda opción.

Tengo que confesar, con el corazón en la mano, que no esperaba que esta novela me emocionara, cautivara y conmoviera como lo ha hecho. No esperaba, en absoluto, que me gustara tanto como lo ha hecho. Tal vez porque la premisa de la que parte: una joven viuda que no quiere volver a enamorarse, pero sí desea un hijo, no invite a soñar con una novela romántica que pueda emocionar. Menos aún al protagonista se le describe como la segunda opción.
Sin embargo ha logrado atraparme de principio a fin, contando una historia preciosa que te deja con el corazón desbocado.

La novela comienza cuando Lucy decide buscar marido. Pero antes de encontrar al hombre con el que formará una familia, Lucy decide que tiene que romper con Ethan. Pero a medida que empieza a tener citas, ninguno de los hombres que conoce o le presentan le atrae lo suficiente. Y, sin percatarse, a todos los compara no sólo con Jimmy, su difunto marido, sino con Ethan. Pero si algo tiene claro Lucy es que entre ella y Ethan sólo puede haber amistad. Sigue siendo su mejor amigo y no quiere perderlo, pero Ethan es demasiado noble y demasiado bueno para que ella ponga su vida en peligro.

Puede que la novela parezca una historia que invita al llanto, pero si bien es cierto que es una novela con una profunda carga emocional que te deja con los sentimientos a flor de piel, también es una novela divertidísima, con la que me he encontrado riendo en voz alta en varias ocasiones.
Puede que el tema de la maldición de las Viudas negras te deje poniendo los ojos en blanco, pero lo cierto es que está contando y desarrollado de tal manera que eres incapaz de seguir leyendo.
Pese a todo The next best thing tiene momentos y escenas para las risas.
Por un lado a causa de las Viudas Negras que, como un aquelarre, van todas a una y constantemente quieren imponer sus ideas. No sólo desaprueban que Lucy quiera volver a casarse, después de todo ninguna de ellos lo ha hecho, sino que permanecen fieles a la memoria de sus difuntos maridos, sino que desean introducir cambios en la panadería. Lucy desea expandir el negocio, añadir una cafetería y vender repostería. Las viudas negras se niegan.
Daisy, la madre de Lucy y Corinne, administra y dirige la panadería; Iris hace los brioches y rosquillas; Rose hornea pasteles y galletas -armas letales que aterrorizan a Lucy- mientras Lucy hace el pan.

Por otro lado, Corinne, la hermana menor de Lucy, que vive temiendo que la maldición de las Viudas negras caiga sobre Chris, su saludable y joven marido, al que atosiga sin descanso, controlando su alimentación, nivel de colesterol, y moderando su ejercicio físico.
También tenemos a los Mirabellis, que siguen llorando la muerte de Jimmy, al que tienen erigido un pequeño altar en el restaurante familiar y son un poco excéntricos.

Y tenemos a Ethan... el protagonista masculino de esta novela. Ethan parece ser siempre la segunda opción para sus padres, pero Lucy ni siquiera lo quiere como segunda opción. ¿O si? Si le diera una oportunidad...

Lo cierto es que Ethan es un personaje que te va conquistando poco a poco. Siempre se nos describe como el cuñado y amigo leal, silencioso y de confianza, como un padre ejemplar y yerno en funciones cariño y atento no sólo con Daisy, sino con Rose e Iris.
Al principio tal vez parezca despreocupado, pero poco a poco nos percatamos que no es más que una fachada. Esconde un corazón enorme y tal vez no sea la segunda opción, sino la mejor opción.

La historia de Ethan y Lucy me parece preciosa, de las más bonitas y conmovedoras que ha escrito Kristan Higgins. Es de esas que te van conquistando poco a poco, que van floreciendo sin que te percates, que envuelta en un halo triste que no incita a creer en finales felices pero a la vez esperanzador y divertido, te muestra una historia de amor en mayúsculas. Una historia donde nada es lo que parece ni Ethan ni Jimmy, que al haber fallecido siempre es considerado como alguien perfecto y sin mácula; ni siquiera Lucy. Es una historia de amor de esas que te conmueven, te dejan con el corazón encogido y los ojos llenos de lágrimas.

Para mí, insisto, es una de las más románticas que ha escrito esta autora. Me he llegado una gran sorpresa, lo admito. No esperaba que la historia pudiera conmoverme ni hacerme reír como lo ha hecho. No sólo por las estrafalarias Viudas negras, por la neurótica Corinne, Marie y Gianni Mirabelli, el pequeño Nicky, la leal Parker o la beligerante Doral-Anne, por el gordinflón gato Mickey, los peculiares primos Stevie y Anne, la misteriosa Grinelda la adivina, el capitán Bob o Jorge.

No es sólo por eso, sino porque es una historia cercana, humana, con personajes un tanto especiales que, con sus rarezas pero su buen corazón, te van conquistando.

Y sobre todo porque la historia de Lucy y Ethan es preciosa, de esas que sé que conservaré en un lugar especial.

lunes, 19 de agosto de 2013

Taking the heat - Brenda Novak

















Taking the heat
Harlequin
2003


Gabrielle Hadley acepta el puesto de guardia en una prisión de Florence, en Arizona, empujada por la necesidad. En esa región del árido desierto se agrupan varias prisiones. La dificultad para encontrar trabajadores facilita que Gabrielle, que recién finalizada su formación, consiga el empleo. Gracias a ese trabajo Gabrielle sabe que podrá mantenerse sin la ayuda de David, su ex-marido.

Lo cierto es que Gabrielle no huye de David, a quien conoce desde hace diez años. David es un buen padre, su confidente y el más bondadoso de los hombres, pero se ha percatado que lo quiere como a un amigo, no como a un hombre. Por ello ha tomado la determinación de divorciarse; por ello ha abandonado su hogar en Phoenix y trasladado a la región del desierto.

Pero también existe otra razón por la que se ha instalado allí.
Gabrielle fue abandonada por su madre cuando contaba con tres años y, tras una larga búsqueda, ha dado con ella. Naomi, la mujer que la dio a luz y la abandonó, vive en Florence y Gabrielle desea reencontrarse con ella y pedirle una explicación.

El trabajo en la prisión no resulta sencillo.
La mayoría de los presidiarios son peligrosos y violentos. Apenas lleva unos días ocupando su puesto cuando se desata una pelea entre un grupo de presos. Varios miembros de una banda tratan de dar una paliza a un hombre y los guardias no intervienen; pero Gabrielle sí. Con ello se gana la animadversión de sus compañeros, especialmente del Sargento Hansen.

El preso agredido es Randall Tucker. Lleva seis meses en esa prisión, dos años desde que fue detenido y acusado de asesinar a su esposa.
Es el blanco de algunos de los presos, sabe que su vida cobre peligro pero está determinado a sobrevivir. Debe demostrar su inocencia para recuperar a su hijo.

La intervención de Gabrielle complica más la situación, pues tras denunciar la negligencia de sus compañeros y atender las heridas del preso, el alcaide decide que se haga un traslado penitenciario del preso Randall Tucker. El destino es una prisión más peligrosa.
En el trayecto, escoltado por Gabrielle y otro guardia, sufren un accidente y Randall aprovecha para huir.
Gabrielle lo sigue y se adentra en el desierto. Tras una persecución, Gabrielle y Randall se encuentran; ella está decidida a hacerlo regresar, él dispuesto a todo por huir. Pero cuando se desata una tormenta en el desierto, deben aunar esfuerzos para sobrevivir bajo la tormenta y el sol implacable.

Desde que empecé a leer las novelas de Brenda Novak me cautivó su manera de escribir, los personajes que crea y cómo construye las tramas. Así que, si bien no es una autora que me resulte desconocida, lo cierto es que me ha sorprendido con esta novela.
La razón es que, habituada a leer historias suyas más amargas, más oscuras, y a pesar de que Taking the heat presagiaba ser una novela de esas que te encogen el corazón, me ha atrapado desde la primera página y he encontrado en ella una lectura emocionante pero también muy romántica y con punto tierno.

Tal vez el punto de partida de Taking the heat pueda recordar a alguna otra novela. A mí, sin ir más lejos, me hizo pensar en Espósame de Pamela Clare. Es cierto que existen algunas -pocas- similitudes, pero son novelas muy diferentes y aunque ambas autoras escriben suspense romántico, tienen rasgos que las hacen cada una únicas.

La historia de Gabrielle y Randall me ha fascinado y enamorado desde la primera página. Desde ese primer encuentro en la prisión de Florence, cuando Gabrielle irrumpe en mitad de la pelea en la que Randall está en inferioridad. Poco a poco, encuentro tras encuentro, la química existente entre ellos se ha ido haciendo más patente, casi traspasando el libro, y la barrera entre guardiana de prisiones y presidiario ha ido diluyéndose hasta ser simplemente Gabrielle y Tucker.

Tengo cierta debilidad por novelas de este estilo, donde uno o ambos de los protagonistas son prófugos o se encuentran a la fuga. Donde existen obstáculos que parecen insalvables, donde ambos se encuentran en bandos opuestos. Como sucede como Tucker y Gabrielle.
Me ha cautivado cómo la autora, con sencillez, con una historia impregnada de dulzura y coraje, va derribando las barreras que les separaba, a la vez que va desgranando los hechos que acontecieron cuando Andrea Tucker fue dada por muerta.

Puede que en algunos puntos -que no desvelaré para no descubrir nada- la historia pueda resultar poco creíble, al menos a algunas lectoras. Sinceramente me lo he planteado, o lo hice durante algunos breves momentos. Pero estaba tan absorta en la lectura, tan envuelta por la historia que contaba, por sus personajes, sus sentimientos y las dificultades a las que debían enfrentarse que, al final, no me ha parecido tan relevante.

Creo que Taking the heat es una novela romántica, dulce y con una buena trama de intriga de fondo. Sin demasiadas escenas de sexo, sin recrearse demasiado en ellas -al contrario- Brenda Novak crea una novela muy romántica y conmovedora.

Además, personajes como la pequeña Allie y Landon, los hijos de Gabrielle y Randall, rodean de más dulzura a esta historia, pues describe escenas tiernas y divertidas, también emotivas, protagonizadas por los dos niños.
No puede dejar de mencionar a David Hadley, el ex-marido de Gabrielle, que no es en ningún momento el antagonista de la historia. Al contrario, es un personaje que se hace querer, que despierta simpatías y se gana un pedacito de nuestro corazón.

Con sinceridad debe reconocer que Taking the heat no es una novela de grandes pasiones ni desgarradora, pero me ha parecido preciosa, romántica, dulce, conmovedora y, también, en ocasiones, me ha tenido con el corazón encogido.
Pese que es una de las primeras novelas que publicó Brenda Novak, de las que tal vez esperas no sean tan buenas como las últimas, confieso que me parecido de esas que te provocan mariposillas en el estómago. De esas que volveré a leer y releer.

Taking the heat es una novela donde, con ternura y sencillez, la autora aúna acción y romance y te cautiva con una bonita historia que te deja con una sonrisa.



viernes, 7 de junio de 2013

Lover at last - J.R. Ward




Lover at last
La Hermandad de la daga negra
NAL
Marzo 2013


Qhuinn, hijo de nadie, fue repudiado por su familia, golpeado y dado por muerto, alienado de la misma como si nunca hubiera existido. La aristocracia vampira lo rechazó desde muy temprana edad a causa de un defecto de nacimiento que lo hace un ser imperfecto. Pero en las filas de la Hermandad es uno más. Junto a ellos se ha mostrado como uno de los guerreros más despiadados en la lucha contra los Restrictores. Y poco a poco parece haber reconducido su vida y destino. Más ahora que va a formar una familia junto a la Elegida Layla.
Pero en realidad, aún hay un vacío en su corazón desde que comprendió que había perdido el amor de Blay...

Blay ha estado enamorado de Qhuinn desde años atrás. Primero fue un amor secreto, callado, hasta que reunió el valor para abrir su corazón ante él. Cuando supo que su amor no era correspondido, poco a poco, fue distanciándose de él e incluso inició una relación con Saxton. Pese a que pareciera ser un capítulo cerrado de su vida, saber que va a formar una familia con Layla es duro para él.

Sin embargo el destino para reconducir el camino de ambos vampiros y acercarles nuevamente, mientras nuevas amenazas y peligrosos enemigos se ciernen sobre la Hermandad y Wrath, el rey vampiro.

Creo que las lectoras de la Hermandad de la daga llevábamos bastante tiempo esperando leer la historia de Blay y Qhuinn. Desde que hicieron su aparición en la saga, primero como aquellos jóvenes que aún no habían pasado la transición, más tarde como los amigos leales de John Matthews reclutados por la Hermandad, poco a poco han ganado peso y protagonismo. Más aún cuando entre ellos se presagiaba una historia de amor. Cuando Blay confesó estar enamorado de Qhuinn, su mejor y más leal amigo, éste no parecía compartir sus sentimientos. Sin embargo, libro tras libro, parece que no todo era tal como se presuponía y los sentimientos de Qhuinn han ido cambiando o, tal vez, mostrándose a pesar de su negativa a darles voz. Pero también los de Blay.

Así que, ¿qué nos encontramos en las páginas de este libro?

Lover at last es una de esas novelas de la saga donde si esperas encontrar una trama principal sobre la que gira todo el libro vas a llevarte una decepción. Por el contrario, es una de las cuentan varias historias paralelas que gozan más o menos de idéntico protagonismo, pese a que, evidentemente, la de Blay y Qhuinn sea la más importante. Es cierto que es la principal, pero, sinceramente, creo que el resto de historias le roban, en mi humilde opinión, demasiado protagonismo.
Hasta cuatro más subtramas se entrelazan a la historia de Blay y Qhuinn. El resultado es, en mi opinión, una novela que actúa como presentación a nuevos personajes e historias donde la de Blay y Qhuinn no es más que otra historia entre ellas, lejos de lo que muchas esperábamos: una novela donde fuesen los protagonistas indiscutibles.

No por ello la considero una mala novela, pero no pasará a ser una de mis preferidas de la saga.
La razón es que la confluencia de varias historias, no sólo resta protagonismo a Blay y Qhuinn en algunos tramos de la lectura, sino que convierte la novela en un libro donde la historia de amor no es lo principal. Es cierto que, con el paso del tiempo, novela tras novela, la saga ya no se centra únicamente en una historia de amor en medio de una guerra civil entre vampiros, restrictores e intentos de destronar al rey. Pero al tratarse de la historia largamente esperada de Blay y Qhuinn, no puedo sino reconocer que me ha decepcionado un poco porque esperaba por encima de todo su historia de amor.

Pese a ello, repito, no me parece una mala novela. Tal vez una de transición hacia los libros venideros protagonizados por la Banda de bastardos.

¿Pero qué historias nos cuenta Lover at last?

La de Blay y Qhuinn, cuyas vidas se han distanciado desde que el primero le confesara sus sentimientos al segundo. Cada uno ha construido más o menos su camino: Blay iniciando una relación estable con Saxton, abogado del rey y primo de sangre de Qhuinn; Qhuinn se convirtió en el protector de John Matthews y abandonó su vida nocturna en los clubs y sexo indiscriminado. Incluso va a formar una familia con Layla.
Sin embargo la de Blay y Qhuinn no es una historia acabada, pues, en realidad, ni siquiera comenzó nunca. Ahora, de repente, cambian los papeles y Qhuinn es quien se acerca, busca y trata de seducir a Blay, mientras él se muestra frío y distante. Bueno... hasta cierto punto.

En mi opinión es una historia un poco juvenil, si obviamos las escenas de sexo. Creo que a diferencia de las otras historias de los guerreros, se nota la edad de Blay y Qhuinn que hace que la de ellos sea una relación más inmadura, más insegura. Después de todo tampoco hay que olvidar que no hace mucho que han pasado la transición, así que en comparación con los centenarios vampiros son extremadamente jóvenes. Casi unos adolescentes. En cuanto en la parte sexual de su historia es intensa y muy sensual. Tal vez no tan explícita o tan gráfica como otras, pero no escatima en escenas ni descripciones y me ha parecido bonita y romántica.

Por otro lado, y mientras sigue en sus planes de derrocar a Wrath del trono, junto a la banda de bastardos, tenemos un atisbo de la historia de Xcor y Layla. Xcor no puede olvidar a Layla, así como ella no lo olvida a él. Pero ambos saben que luchan en bandos opuestos en la guerra civil entre vampiros y todo parece imposible... al menos de momento.

También tenemos la historia de Assail y Sola. Assail es un aristócrata vampiro, narcotraficante y un tanto oscuro y misterioso. Por su posición entre los nobles es codiciado por ambos bandos: el de la Hermandad y los que tratan de derrocar a Wrath de su trono. La aparición de Sola, una humana que trabaja como detective privado, presagia una historia entre ellos. Pero como en el caso de la banda de los bastardos, en su mayoría de intervenciones en la novela, están asociadas al tráfico de drogas, a la guerra civil o la lucha con los restrictores.

Además tienen un papel más o menos destacado las Sombras: Trez e iAm cuya asociación con el Reverendo y la Hermandad los sitúan en el bando de Wrath, pero también ellos tienen una historia personal y sentimental, especialmente Trez del que descubrimos algo importante.

Así que, en definitiva, y como he tratado de esbozar, Lover at last es una novela donde la historia de amor no es el eje del libro. Ni Blay y Qhuinn el pilar de la historia. Sí, es parte de la novela y en ella, Blay y Qhuinn son los protagonistas. Pero las historias secundarias que menciono llenan muchas páginas de la lectura.


Pese a todo ello, insisto que no me parece mala novela. Para mí es de las más flojas, pues, particularmente, noto un poco en falta el carácter de las primeras novelas, donde había una historia de amor con más peso y protagonismo donde el resto de vampiros eran una parte importante y las luchas y asociaciones clandestinas no llenaban tantas páginas.

domingo, 2 de junio de 2013

Saint or sinner - Cheryl St. John



Saint or sinner
Harlequin 
1995/2013


Joshua McBride ha mirado de frente a la muerte. Al menos es la sensación que tiene cuando “casi” muere en el frente de batalla. Tras un año recuperándose en un hospital militar, una vez finalizada la guerra, regresa a su hogar en Van Caster, Indiana.
Lo hace como un hombre nuevo, cambiado.

Durante años ha llevado una vida sin ataduras ni responsabilidades. Pero ahora quiere echar raíces, formar parte de la comunidad donde nació. Sabe que no lo tendrá fácil. El pasado es difícil de olvidar y todo aquél que lo mira lo recuerda participando en las carreras de caballos, como un mujeriego pendenciero o bebiendo en el salón.

La primera persona que se encuentra en su regreso es una joven de dorados cabellos que afanosamente hace su colada. Su nombre es Adelaide Stapleton y lleva viviendo en Van Caster desde el comienzo de la guerra. Pese a que no se conocían de antes, su fama le precede y la remilgada señorita Stapleton no le disponsa una cordial bienvenida.

Así que cuando Chessy, su hermana, con la que también trata de enmendar errores pasados, le informa que Addie Stapleton es la líder de la sociedad Dorcas, Joshua entiende que si logra ganarse a Addie, si demuestra cuánto ha cambiado, el resto de mujeres y todo el pueblo también lo hará.

Pero Addie es de la convicción que la gente nunca es lo que parece. Y pese a todas las buenas intenciones de enmienda y redención de Joshua McBride, no confía él. Pero también ella guarda sus propios secretos y un pasado que trata de ocultar. La atracción que siente por Joshua McBride pone a prueba sus principios y, sin pretenderlo, el apuesto seductor puede desvelar ese secreto que tan celosamente guarda.

Hay novelas que por su sencillez y dulzura te conquistan. Porque a veces no necesitas complejas historias de amor y odio para cerrar el libro con una sonrisa. A veces la sencillez basta.
Como para mí ha sido el caso de esta novela.
La historia transcurre tras el fin de la guerra de secesión, donde nuestro protagonista, Joshua McBride, fue gravemente herido. Tras casi morir y sabiendo que está ante una segunda oportunidad, está decidido a cambiar de vida y enmendar errores pasados.

De modo que el protagonista que conocemos es un hombre que busca la redención. Primero se reencuentra con su hermana Chessy y su cuñado Danny, amargado pues perdió un brazo durante la guerra, a los que trata de ayudar. Luego conoce a un muchacho llamado Yancey, un joven especial que vive en un cobertizo, olvidado por el pueblo, a quien ofrece casa y trabajar para él.
Y por otro lado, conoce a Adelaide Stapleton...

Lo que comienza como un intento de ganarse la aprobación de la señorita Stapleton y toda la sociedad de mujeres, acaba derivando en casi un cortejo en toda regla. Pues Joshua ha decidido que ha llegado la hora de sentar cabeza, de casarse y formar su familia. Y Addie, tan melindrosa, le atrae como ninguna otra mujer. Joshua sabe que Addie oculta algo y está dispuesto a ganarse su confianza para que le abra su corazón.

Saint o sinner es, como digo, una novela muy sencilla, donde nos narra el día a día en este pequeño pueblo de Indiana tras el fin de la guerra. Es una comunidad conservadora y anticuada que no acepta muy bien el regreso del pendenciero Joshua McBride, pero ante el que poco a poco van cayendo como moscas en la miel.
No obstante, la más dura de roer es Adelaide Stapleton, que durante años ha llevado una vida sencilla y protegida y que, por desgracia, ve amenazada primero por Joshua, luego por el hombre del que se esconde y que aparece en Van Caster...

Con una trama sencilla, ambientada en un enclave rural y humilde, que renace tras la guerra de secesión, somos testigos, también, del renacer de Joshua McBride. Y mientras trata de redimirse a ojos de la comunidad y de su hermana, trata de enamorar a la esquiva y difícil señorita Addie Stapleton.

Sinceramente a veces he tenido la sensación de estar ante un historia un poco surrealista por detalles que, claro está, no desvelaré, pero leerla me ha hecho reír, me ha emocionado y también encogido el corazón a ratos. Porque, pese a ese halo de ternura que la envuelve, refleja situaciones y realidades más amargas: las secuelas físicas y psíquicas de la guerra, la vida de personas como Yancey cuyas limitaciones le han mantenido ignorado entre sus vecinos, y el peso de los secretos y los miedos.
Pero ante todo es una novela muy dulce, tal vez como digo surrealista en algunos puntos, pero a mí me hecho pasar un rato muy agradable.
Es de esos libros que abres sin muchas pretensiones, pero lo cierras con una sonrisa de felicidad.
¡Qué novela más bonita!

jueves, 18 de abril de 2013

Phantom Waltz - Catherine Anderson




Phantom waltz
Signet
2007



Bethany Coulter fue campeona de carreras en las competiciones de rodeo, pero a consecuencia de una caída quedó confinada a una silla de ruedas. Han transcurrido ocho años desde el accidente y ahora trabaja en la empresa familiar.

Un día el atractivo, pero muy molesto (por un pedido que no le ha sido entregado) Ryan Kendrick irrumpe en las oficinas de los almacenes Coulter. Es Bethany quien lo atiende tras el mostrador. Ryan enseguida comienza a flirtear con ella, viendo que se trata de una joven muy atractiva, y, finalmente, la invita a salir. Cuando se percata que Bethany está en una silla de ruedas se queda momentáneamente sin palabras, pero no puede echarse atrás tras invitarla a salir, así que reitera su invitación. A pesar de su reticencia inicial, pues temía ser rechazada, Bethany acepta, aunque en su fuero interno cree que Ryan no pasará a recogerla o llamará dándole alguna excusa para anular su cita. Así que no se hace demasiadas ilusiones.

Sin embargo, y a pesar de que la intención inicial de Ryan es no volver a quedar con Bethany, tras esa primera salida, siente una conexión muy especial hacia ella, y entiende que está ante esa mujer que es su alma gemela. De modo que vuelve quedar con ella o, simplemente, inventa cualquier excusa para pasar a visitarla por su casa. En pocos días Ryan se da cuenta de que pese a su inicial reticencia, la realidad es que está profundamente enamorado de Bethany Coulter. Pero es consciente de que sin querer podría herir la frágil seguridad que la chica tiene en sí misma, así que trata de ir paso a paso con ella, sin apresuramientos y pensando mucho el próximo movimiento a realizar. Algo que, sin quererlo, también propicia algún malentendido...

La historia que nos cuenta Phantom Waltz habla ante todo de amor a primera vista. Pues es eso lo que Ryan Kendrick siente por Bethany desde que la ve. Ryan es el hermano menor de Rafe, el protagonista de Baby love, a quien ya conocimos en la novela anterior como aquel joven enamoradizo que parecía incapaz de comprometerse. Algo que en esta novela cambia radicalmente.

Bethany es la única mujer entre todos los hermanos Coulter. En parte por eso, en parte por su paraplejia, es protegida en exceso tanto por sus hermanos como por su padre que, a menudo, le impiden llevar una vida normal, como la de cualquier mujer joven de su edad. Cuando ocho años atrás sufrió el accidente que la dejó paralizada de cintura para abajo, no sólo tuvo perdió su sueño de competir en el rodeo, sino que fue abandonada por su prometido. Por ello no confía demasiado en un hombre tan apuesto como Ryan, que tiene un montón de admiradoras allá donde va, tenga unos sentimientos muy duraderos hacia ella. Sin embargo lo cierto es que Ryan tiene las ideas muy claras, sólo que no sabe como llevarlas a la práctica. Y aunque a veces meta un poco la pata.

Así, con paciencia y con la inestimable ayuda de su madre, enfermera de profesión, así como con el incondicional apoyo de su padre, de su hermano Rafe y su cuñada Maggie, Ryan está decidido a demostrar a Bethany que no existe ninguna barrera entre ellos que no puedan superar para llevar una vida normal y corriente, como la de cualquier pareja.

Debo confesar que me ha sorprendido mucho esta historia, pues tal como se nos describió a Ryan en la novela anterior (Baby love) parecía un hombre un tanto inestable en sus relaciones y en cuanto conoce a Bethany la convierte en el centro de su vida. No sólo no ceja en su empeño para adaptar su rancho para que Bethany pueda desplazarse con su silla de ruedas, sino que trata de aprender qué necesita una parapléjica para poder dárselo. La manera en que Ryan se comporta es conmovedora y, ante todo, muy romántica. Creo que es uno de los protagonistas masculinos más devotos, dedicados y tiernos que he leído en las novelas de Catherine Anderson.

Me ha maravillado la sencillez con que Catherine Anderson nos cuenta una historia con una protagonista que va en silla de ruedas. Además se percibe claramente que hay una cuidada labor de documentación que se refleja en el modo en que trata que las lectoras nos olvidemos de la silla de ruedas de Bethany y contarnos simplemente una historia de amor entre un hombre y mujer.
Nada más.

Tal vez la imagen que podría formarse de esta novela antes de leerla es la de una historia triste y poco deprimente, pero no es así en absoluto. Para empezar Bethany ha asumido que su vida no volverá a ser la de antes, que hay facetas de su vida pasada que no podrá recuperar como su amor por los caballos, por la naturaleza y la vida al aire libre. Acepta trabajar en una oficina, vive sola en un apartamento adaptado a sus necesidades y conduce su coche.

Pero entonces, como un príncipe azul -aunque con Stetson y tejanos- Ryan Kendrick irrumpe en su vida dispuesto no sólo a formar parte de ella, sino de hacer realidad esos sueños de Bethany que parecen imposibles. Y así nace esta preciosa historia de amor.

No deseo contar nada más, pues hacerlo supondría desvelar parte importante de la historia, una historia que como se desprende de mis palabras nos describe el día a día de esta pareja, como va naciendo su relación, cómo comienzan a mantener relaciones sexuales, cómo va consolidándose y afrontan los buenos y los malos momentos.

Aunque Phantom waltz no es mi novela preferida de Catherine Anderson, con la mano en el corazón digo que creo que las tiene mucho más bonitas y románticas, es una historia preciosa, humana que poco a poco te va conquistando. Está abordada con realismo y no por ello está exenta de esas escenas inolvidables que esperas encontrar. De ésas que aun sin ser ante el mejor libro que has leído, sabes que permanecerán pese todo en tu memoria. Como ese vals... ¡Qué bonito!

Midnight pleasures with a scoundrel - Lorraine Heath



Midnight pleasures with a scoundrel
4º St. James's orfans
Avon
2009




James Swindler está acostumbrado a lidiar con ladrones, carteristas y otros criminales. Es así, no sólo por su trabajo como inspector en Scotland Yard, sino por su pasado como uno de los pilluelos de la banda de Feagan.
Curtido, tras años trabajando en pos de la justicia, ha investigado casos de lo más variopinto. Como el último que le ha sido encomendado: vigilar a una joven y en apariencia inofensiva debutante, de la que se sospecha trata de asesinar a un noble.

La debutante en cuestión no es otra que Eleanor Watkins. Lo cierto es que las sospechas que recaen sobre ella no son infundadas, pues su llegada a Londres poco tiene que ver con la búsqueda de marido y mucho con buscar venganza.
Eleanor ha abandonado su pacífica vida en el campo y se ha trasladado a la ciudad con un plan minuciosamente tramado y un objetivo en mente: acabar con la vida de Lord Rockberry.
Por ello lleva a cabo las pesquisas necesarias para hallar las pruebas que prueben la culpabilidad del depravado noble en la ruina y posterior muerte de su hermana Elisabeth y, más tarde, acabar con su vida. Sin embargo, en su camino aparece James Swindler, ese incordio inspector de Scotland Yard.

El instinto le dice a James que la presencia de la señorita Watkins en determinados lugares como los jardines del placer o los bailes a los que acude Lord Rockberry no es fruto del azar. Aunque le cuesta creer que la dama en cuestión sea capaz de matar a sangre fría, se convierte en su sombra.
Su apariencia dulce y frágil despierta en él el deseo de protegerla, pero también hay algo que lo inquieta. Tampoco eso no impide que se sienta atraído por ella, ni siquiera cuando se convierte en la principal sospechosa del asesinato de Lord Rockberry.
Ni siquiera cuando se percata que lo ha engañado y utilizado para sus propios fines.

Novela tras novela de Los huérfanos de St. James, el agente James Swindler ha ido conquistándonos por su dulzura y el afán de protección hacia los más desvalidos. En los libros anteriores, Frannie siempre ha ocupado un lugar especial en su corazón. Pero tras el matrimonio de Frannie con Sterling, el duque de Greystone, todas esperábamos que apareciera una mujer capaz de enamorar a James.
Esa mujer no es otra que la misteriosa señorita Watkins. Una mujer que no es lo que parece y que, tras un rostro dulce y bonito, esconde un terrible secreto y un peligroso plan.

De las cuatro novelas que componen la saga, en mi opinión ésta es la más diferente, porque cuenta no sólo una bonita historia de amor, sino que está rodeado de un halo oscuro e inquietante que te impide dejar de leer. Y de los pasados de los huérfanos acogidos por Feagan, el de James es uno de los que más tristeza me ha provocado.

Tengo que confesar que, desde el inicio de esta saga, he sentido cierta debilidad por James. De él me atraía no sólo su carácter protector y lealtad, sino conocer como aquel niño que sobrevivió robando y timando en las calles de Londres se convirtió en el agente de la ley que hoy es.
Pues, como el resto de pilluelos de Feagan, James se crió en las calles hasta que el abuelo de Luke los llevó a su mansión en St. James. Ver morir a su padre, acusado de robo, marcó su vida para siempre y, de algún modo, lo convirtió en el intachable pero compasivo inspector que ha ido ganándose nuestro corazón libro tras libro.

Cuando por fin conoce a una mujer capaz de hacerle olvidar sus sentimientos por Frannie, ésta se convierte en la principal sospechosa de un crimen. Y lo peor es que tras toda una vida trabajando por la ley, por primera vez, ve temblar los cimientos de rectitud y justicia que han sido el pilar de su existencia. Y es a causa del amor. Ese amor que se supondría debería redimirlo y llenar el vacío en su alma.

La historia de amor de Eleanor y James está rodeada de muchos secretos, de una investigación sórdida y peligrosa que propicia una lectura apasionante.
Me ha encantado porque nos narra una emotiva y dulce historia de amor, pero a la vez nos adentra en una trama detectivesca plagada de sorpresas que, en mi opinión, nada tiene que envidiar a la de una novela de suspense romántico.
Es cierto que en ocasiones el peso de la novela recae un poco más en la historia de Elisabeth y Lord Rockberry, o en los planes de Eleanor o en el papel que involuntariamente juega James, pero -y ahí radica la brillantez de este libro- la novela no es lo que parece. Y así como en muchas otras novelas puedes imaginar qué acontecerá en ésta no es así. De modo que, capítulo tras capítulo, nos encontramos ante una lectura de intriga y amor maravillosa.

Hubo un momento, por un par de detalles, en que la novela me recordó a una de las que forman parte de mis novelas preferidas: Un baile con el diablo de Mary Jo Putney.
Es así por detalles como el las hermanas gemelas y la trama en torno a una sociedad secreta y satánica. Pero más allá de eso son historias diferentes que acontecen en periodos históricos diferentes y con protagonistas de origen muy dispar.

Como las anteriores novelas, creo que Midnight pleasures with a scoundrel resucita el espíritu de las novelas de Dickens, con esos personajes nacidos y crecidos en la pobreza.
Ya lo mencioné con anterioridad, al comentar novelas anteriores, pero es algo que, particularmente, me ha atrapado y conquistado. Confieso que la época histórica en que tienen lugar estas historias, así como el que se trata de huérfanos que se han criado en las calles son dos bazas por que originalidad y la emotividad que desprenden me llegaron al corazón.

Aunque todas y cada una de las novelas de los huérfanos de St. James me han encantado -especialmente la de Frannie- la de James tenía un aliciente añadido para mí.
Se trata de un personaje que ahora que ha logrado redimirse del pasado trabajando por la justicia, el amor hace peligrar las convicciones que han marcado, paso a paso, su vida.
Y eso creo que da lugar a una historia fascinante y de gran profundidad, con las que disfruto enormemente.

Apenas he hablado de Eleanor, pese a que es un personaje con muchas aristas. Pero para evitar desvelar información crucial creo que es preferible dejarla rodeada por una nube de misterio y que sea la lectura de esta novela la que desvele los enigmas que la rodean... si se publica, claro está.
Desconozco si está en sus planes, pero siendo el único del que falta, me encantaría que Lorraine Heath escribiera también la historia de Bill, el médico. Confieso que es otro de los huérfanos de St. James que me fascinaron desde la primera novela y sería fantástico poder leer su historia.

Así pues, creo que con Midnight pleasures with a scoundrel puedes perderte en unas horas de agradable lectura, con una historia sencilla, romántica y conmovedora que se rodea de una red de suspense e intriga muy pero que muy entretenida.

Not another bad date - Rachel Gibson



Not another bad date
Avon 
2009



Desde hace dos años Adele Harris, la escritora de ciencia ficción y fantasía, cree estar bajo un hechizo. ¡Tanta mala suerte con los hombres no es normal! Tras la ruptura con su novio, un hombre que no sólo era masculino y atractivo, sino que parecía sensible y considerado, pero que de repente pareció ser poseído y comenzar a actuar de un modo extraño, ha encadenado una lista de citas desastrosas.
Tras la última reniega de todos los hombres. Y mientras medita sobre ello recibe una llamada telefónica de su hermana Sherilyn. Embarazada y con una hija adolescente le llama llorando para contarle que va a divorciarse tras descubrir la infidelidad de su marido. Además le pide que se vaya a vivir una temporada con ella a Cedar Creek, en Texas, donde se ha mudado y que es la ciudad donde ambas nacieron y se criaron.

El hecho de que su perfecta hermana mayor, que cuidó de ella desde que la madre de ambas falleciera, le pida ayuda hace que Adele no se lo piense demasiado y acceda. Después de todo no se siente muy bien en Boise últimamente. Sus tres mejores amigas se han casado o están a punto de hacerlo y es, por primera vez en mucho tiempo, la única que está sola.
Así que hace sus maletas y pone rumbo a su Texas natal. Desde ese momento su ordenada y cosmopolita vida se pone patas arriba.

Sherilyn tiene un embarazo difícil y debe permanecer en total reposo, y hospitalizada, hasta que nazca el bebé. Así que Adele debe convivir y hacerse cargo de su sobrina Kendra, una adolescente de trece años a la que no ha visto desde hace seis o siete años. Adele no tiene ni idea de los problemas de una adolescente, no es algo que le haya preocupado desde que ella misma dejó de ser una.

Pero lo peor está aún por llegar. Entre cuidar de Kendra y de Sherilyn, obedecer las listas de cosas a hacer de su hermana y la maldición de las citas malas -que ni siquiera en Texas la abandona- se reencuentra con el ex-jugador y estrella de fútbol Zach Zemeitis, su primer amor y el primero que le rompió el corazón.

Zach y Adele se conocieron cuando estudiaban en la universidad. Entonces Zach era una promesa del fútbol. Adele se enamoró hasta la médula de él, pero tras unos meses, tras entregarle su corazón y virginidad, él la dejó para regresar con su novia: la archienemiga de Adele. Ahora, catorce años después, Adele se entera que Devon, la elegante y perfectísima esposa de Zach, ha fallecido en un accidente. Tiffany, la hija de Zach, y Kendra son amigas. De hecho Tiff es la única amiga que Kendra tienen en Cedar Creek, así que para mala fortuna de Adele sus encuentros con Zach Zemeitis, el primero de la lista de hombres que le han roto el corazón, son constantes.

Por desgracia Zach no ha engordado ni se ha quedado calvo, sino que sigue siendo apuesto, viril y sigue haciendo que su corazón palpite de un modo especial. Por desgracia está obligada a quedarse en Cedar Creek durante cuatro meses más.
¿Logrará salir con el corazón indemne?

Con Not another bad date, la cuarta y última novela de las amigas escritoras, termina esta entretenida serie. Como las anteriores puede leerse de manera independiente.

Tras leer las anteriores novelas tenía mucha curiosidad por la historia de Adele. Principalmente porque, libro tras libro, se nos ha ido contando sobre esa “maldición” que parece pesar sobre ella; incluso se nos han descrito escenas un tanto divertidas haciendo referencia a la misma.
Lo cierto es que desde la primera página esta novela me ha sorprendido. Primero fue una sorpresa que, sinceramente, no presagiaba nada bueno, pero, increíblemente, al final he disfrutado mucho con esta historia.

Cuando la novela da comienzo se nos describe el funeral de Devon Hamilton-Zemeitis y su entrada a la otra vida. Ahí fue cuando saltaron para mí todas las alarmas. Pues, últimamente, parezco proclive a encontrar novelas que me parecían una simple y entretenida novela contemporánea, pero que termina convirtiéndose en una novela con un marcado componente paranormal.
Pero, si bien es cierto que ese componente aquí está patente -indirectamente Devon representará un papel en la historia- no me ha agriado la lectura. He disfrutado mucho más de lo que pensaba con Not another bad date.

En líneas generales se trata de una novela divertida y alocada, en la línea de esta escritora. Tampoco me ha parecido la mejor de sus obras ni es mi preferida de esta serie, pero, componentes paranormales a un lado, reúne algunas de las cualidades que atesoro en una novela romántica contemporánea. Y, sinceramente, el estilo narrativo de Rachel Gibson me atrapa. Y sus novelas me hacen reír y emocionarme en muchas ocasiones.

Nuevamente Rachel Gibson recurre a un perfil habitual en ella: Adele es una mujer atractiva pero está lejos de ser alta y estilizada (por ejemplo es muy diferente de la odiosa Devon) y Zach es un deportista de elite, apuesto y masculino. De nuevo Adele resulta un personaje cercano, con el que es fácil identificarse y con la que te encariñas. Zach es el típico deportista atractivo que le rompió el corazón.
Pero mientras reviven su historia, que se nos va contando intercalada con el presente, mientras la chispa de aquel primer amor resurge, encontramos una novela chispeante, alocada y, confieso que para mi sorpresa, con cierta ternura.

Con diálogos chispeantes, se nos describen situaciones que rozan la hilaridad mientras una historia de amor, en mi opinión, bonita renace. Pero con dos adolescentes problemáticas, una hermana maniática de las listas, la amiguita de su cuñado (Storm Winter que se traduciría algo así como Tormenta de invierno), un pueblo chismoso, una esposa que ni desde el más allá parece dejar de interferir, y una maldición que parece no poder romperse, lo que podría ser una sencilla historia de reencuentros y segundas oportunidades, es una típica y amena novela de enredos de Rachel Gibson.

Confieso que me lo pasado muy bien leyéndola, tanto porque me he reído y me he divertido con los líos vecinales de Cedar Creek, porque me he encariñado con Tiffany, que por cierto no desea que su padre vuelva a casarse, con lo que es una enemiga más contra Adele (¡cómo no encariñarse con ella!) y con Kendra, como porque la historia de Adele y Zach me ha atrapado de principio a fin. Pese a que, sinceramente, Zach no me caía especialmente bien y pese a ese componente paranormal que flota en el aire y que... bueno, mejor no sigo contando, pero pese a todo, Not another bad date es una novela divertida, con su punto emotivo y sexy, con la que he disfruta de una lectura muy agradable. Insisto que no me parece la mejor de las cuatro, pero la he terminado con una sonrisa.