domingo, 4 de marzo de 2012

Love is blind - Lynsay Sands



Love is blind
Lynsay Sands
Leisure books 2006



A su espalda, todos cuchichean que la señorita Clarissa Crambray es un peligro. No es infrecuente, sino todo lo contrario, que pisotee los dedos del pie del caballero que ose pedirle que baile un vals -o cualquier otra danza- ni que vuelque el té en la entrepierna de su compañero de mesa o que chamusque la peluca de un pretendiente que le recita ardorosamente poemas de amor. Pero eso no es motivo de temor para el caballero que posa los ojos en ella por primera vez, como Adrian Montfort, el conde de Mowbray.
Cuando Adrian la ve por por primera vez sólo percibe una belleza de cabellos castaños que parece hastiada de estar en ese aburrido baile. Algo que él comprende perfectamente, pues le sucede lo mismo. Adrian es un vetenero de las guerras napoleónicas y durante años ha evitado las reuniones sociales, los bailes y el estresante y agotador deporte de temporada: la caza de marido.




De hecho todas las damiselas que pululan haciendo reverencias o agitando las pestañas con coqueteria le parecen igual, insípadamente iguales. Pero la señorita Clarissa Crambray, por el contrario, le resulta una refrescante y deliciosa novedad. Poco tarda en comprender qué la hace tan diferente. Su propio primo le pone al corriente: la pobre y torpe Clarissa, a la que apodan Claridad calamidades, es tan miope como un topo y puesto que la coqueta damisela no desea lucir sus anteojos en público, provoca un desastre tras otro allá donde va. Algo que su propio primo puede atestiguar como uno de los caballeros damnificados.
Pero ni siquiera eso amedrenta a Adrian. Tras una breve conversación con la dama, Adrian queda convencido de estar ante una joven refrescante, bonita y divertida, algo que alivia la tediosa obligación de asistir a bailes y relacionarse socialmente. Pero como ha prometido a su madre que tratará de encontrar esposa, debe asistir y soportar la tortura que supone. Sabe que casarse será una empresa complicada, pues debido a la cicatriz que le cruza un lado del rostro ya no es el apuesto soldado que marchó al frente y son muchas las damas que se asustan en su presencia. Pero puesto que la señorita Clarissa no puede ver bien y parece sentirse tan cómoda a su lado...




Lo cierto es que Clarissa sí es un poco torpe, pero no sin motivo. No es la vanidad la que le impide llevar sus gafas, sino su odiosa madrastra que no solo se las ha quitado sino que las destrozó para evitar que las use. El resultado es que a los pretendientes huyen despavoridos de ella después de su primer encuentro. Todos excepto ese caballero, un borrón informe que dice llamarse Adrian Montfort, conde de Mawbray, que parece lo bastante osado como para no solo volver a pedirle un baile sino para tratar de verla a hurtadillas.




Love is blind es una disparatada y divertida novela de Lynsay Sands que para ya conocen el estilo desenfadado de la autora supone una lectura sencilla y amena. Como novela romántica histórica creo que cuenta una historia previsible que, salvando las diferencias que la hacen única, no dista demasiado de cualquier novela que se desarrolla en el Londres de principios del siglo XIX y todo lo que lo acompaña: la celebración de bailes, la reunión de damas y caballeros en los salones más distinguidos, los paseos clandestinos a la luz de la luna y, en medio de este marco, una joven debutante y un escéptico noble se enamoran.
Pero existe algo que la hace diferente: ese punto cómico y rozando el ridículo con que la autora adereza una historia de por sí conocida. En este caso un conde y antiguo héroe de guerra que ha regresado con el rostro cruzado por una cicatriz. Una desilusión en el pasado lo ha convertido en un hombre desconfiado y herido. Una joven dama que años atrás fue víctima de un escándalo, algo que dificulta sobremanera encontrar marido. Si a eso se suma su miopía y torpeza...




El resultado es que aunque Love is blind cuenta con muchos de los ingredientes que abundan en una novela romántica de la Regencia, me ha resultado una novela muy entretenida y cómica, gracias a ese punto irreverente y hasta ridículo que describen algunas situaciones. Capítulo tras capítulo se suceden las aventuras y desventuras de Clarissa, los encuentros y desencuentros entre la dama y el apuesto Conde de Mowbray. Así, la amistad y camaradería que nace entre ellos poco tarda en convertirse en la atracción que surge entre un hombre y una mujer que son conscientes el uno del otro como algo más que un compañero de baile o de charlas. Pero los defectos que en un principio parecen insignificantes ante las emociones que desbordan sus corazones pueden ser un arma de doble filo y despertar un miedo que tratan de ignorar. Eso, sin contar con la novela nos depara alguna que otra sorpresa como una mano negra que los acecha.




En definitiva, considero que Love is blind es una novela sencilla, ligera que no tiene otra pretensión que hacerte pasar un rato muy divertido, que aborda situaciones un tanto trilladas y tópicos que son frecuentes en este tipo de historias, pero abordados con un poco de humor bastante marcado. No puedo decir que la lectura haya despertado un potente caudal de emociones, pero me he divertido leyendo y hasta he podido reír en voz alta.
Ciertamente, insisto, en que es una novela del estilo desenfadado y dicharachero que Lynsay Sands nos ha presentado en los libros publicados en español.

Cherish - Catherine Anderson




















Título: Cherish
Autora: Catherine Anderson
Avon 1998



Race Spencer ha comenzado una nueva vida. Atrás han quedado los años en que se ganó la vida como pistolero. Ahora es un respetable ranchero, solitario y endurecido por el pasado y el trabajo, que trata de sacar adelante su rancho.
Mientras conduce, junto a varios de sus hombres, el ganado de regreso a sus tierras, encuentran una caravana que ha sido salvajemente atacada por un grupo de forajidos. La barbarie es cruenta y, entre los supervivientes, sólo encuentran a una joven cuáquera, aún en estado de shock, tras haber sido testigo de la tortura, muerte de sus padres y del resto de miembros de la caravana.
Race es un hombre duro, al que casi nada lo conmueve ya. Huérfano desde muy niño se ha forjado una coraza que le protege del mundo y le aleja de él. Por sus venas corre sangre india, en sus rasgos se vislumbra esa mezcla de razas que son sus raíces. Es rápido con el revólver, implacable y temido. Nada le afecta... hasta que conoce a la dulce Rebecca Morgan.

Cuando Rebecca recupera la conciencia se encuentra entre los brazos de ese temible y oscuro pistolero. Su mente, en una medida de protección, ha bloqueado algunos de los recuerdos que acompañaron la masacre de su familia y su gente. Pero los gritos y lamentos resuenan en su cabeza. Quiere huir de ellos y Race, el desconocido que la acoge entre sus hombres, le inspira miedo y desconfianza, pero a la vez se convierte en un puerto seguro.
Sabe que su vida está en manos de ese hombre de ojos penetrantes y rostro severo; sabe que sólo él puede protegerla de sus miedos y de los asesinos de su gente cuando regresen. Algo dentro de sí misma le dice que volverán, pues sólo ella sabe la razón de esa matanza.

De regreso a las tierras de Race, huyendo de los peligros y emboscadas que les tienden la banda de forajidos que les siguen el rastro, la relación entre la tímida cuáquera y el intimidatorio ranchero cambia paulatinamente. Aún temiéndole como le teme, entre sus brazos es el único lugar donde Rebecca se siente a salvo, segura. Aún sabiendo esa joven es un ángel en la tierra y la mujer menos adecuada para él, Race teme el día en que sus caminos se separen y deba entregarla, a salvo, a su gente, la que aguarda por ella en Santa Fe.

Cherish es, para mí, otra maravillosa e inolvidable novela de Catherine Anderson. Una historia en cuyas páginas me he sumergido y mantenido en vilo, sin dejar de leer hasta llegar a la última palabra. Momento en que he sentido una sensación de vacío que no sé cómo explicar.
Capítulo a capítulo me he sentido en esa caravana en la que viajan Race y Rebecca, he ido conociéndolos y haciéndolos parte de mí. He sufrido, me he entristecido, me he emocionado e incluso reído con ellos. He convivido con el resto de hombres de Race, compartiendo sus penas y alegrías. Tal vez por eso, al llegar al final, he sentido que perdía algo y, al cerrar el libro, algo me faltaba.

En cuanto a la novela, no sé si lograré explicar muy bien mis impresiones. Son tantas las emociones que despierta que me resulta muy complicado resumir en pocas palabras. Además, esta autora tiene algo a la hora de crear historias que hace muy difícil explicarlas. Hay que leerlas y vivirlas.

Cherish está ambientada en el Oeste. Rebecca viaja junto a sus padres y otros cuáqueros hacia Santa Fe, donde van a instalarse junto al resto de miembros de su hermandad para empezar una nueva vida. En el camino son atacados, torturados y asesinados. Sólo Rebecca salva la vida, pero queda en estado de shock.
Durante gran parte de la historia, es una joven asustadiza, temerosa y traumatizada. Sólo Race logra llegar a ella, sólo junto a él se siente segura, a pesar del temor que éste le inspira pues, aún siendo su salvador, es un hombre y Rebecca desconfía de los hombres. No sin razón.
Pero poco a poco, con paciencia, Race va ganándose su confianza y, mientras, descubrimos al hombre que se esconde más allá de su apariencia salvaje, de su sangre mestiza.

Por otra parte las abismales diferencias que separan a Rebecca y Race dan lugar a escenas bastante divertidas y emotivas. Él es un duro ranchero que durante años se ha ganado la vida como pistolero. Se ha granjeado una reputación terrible. Rebecca es una joven cuáquera, con una mentalidad y educación que la hace diferente pero a la vez única para Race. Pero su fe es puesta a prueba tras la muerte de sus padres y Hermanos y, sorprendentemente, es Race, un hombre sin creencias ni raíces, quien la ayuda a reconstruirla.
No quiero entrar en detalles ni desgranar la trama, son muchos los detalles que quedan por contar, muchas las intrigas que están en el aire, pero sólo decir que Cherish me parece una novela deliciosa, conmovedora. Triste por momentos, esperanzadora en otros.

En cuanto a la historia de amor, creo que es sencillamente inolvidable. Me ha enternecido muchísimo cómo Race vela por Rebecca, como la cuida y protege, como la ayuda aún sin saber cómo. Race me ha parecido un personaje al que hay que ir descubriendo poco a poco, ahondando detrás de su aspecto intimidatorio y oscuro.
Una de las cosas que más me gustan de las novelas de Catherine Anderson es como encajan las parejas protagonistas. Son como dos piezas destinadas a unirse y, capítulo a capítulo, vas recorriendo ese camino hasta ser testigo de esa unión.

Otra de las bazas con las que me ha conquistado esta novela es Race Spencer. Conocer su pasado y como, pese a él, se ha convertido en el hombre que salva a Rebecca y está dispuesto a todo, incluso a entregar su vida, me ha emocionado hasta lo indecible. La verdad es que la infancia de Race, las escenas que se relatan me han dejado con un nudo en la garganta mientras leía.

Y, como es habitual, la ambientación está mimada y cuidada al máximo. Ves los llanos, los pastos, el río, las áridas tierras quemadas por el sol, el movimiento de la caravana o los caballos... Con descripciones que te trasladan al núcleo de la acción, con diálogos que te desnudan el alma de los personajes, la autora nos adentra en una maravillosa y dura historia de amor, ambientada en el Oeste americano.
Creo que todas las novelas de Catherine Anderson tienen alma -al menos las que he leído- y sin duda Cherish la tiene. La verdad es que las historias ambientadas en el Oeste son una de mis preferidas por la dureza y esperanza que transmiten, pero, más allá de eso, son historias como ésta las que me calan hondo. Son amores como el de Race y Rebecca los que me hacen soñar y sentir, al menos mientras los leo, que todo es posible y me dejan con una sonrisa en los labios.
Para mí... ¡Otra maravillosa novela de esta autora para atesorar! Al menos, humildemente, es como yo lo siento.