Silent melody
Berkley
1997
Ashley
Kendrick ha pasado los últimos siete años en la India, trabajando
para la Compañía Británica de las Indias Orientales. Cuando por
fin regresa a Inglaterra, lo hace solo. Algo que extraña e inquieta
a su familia, más aún por el silencio y hermetismo que le rodea.
Poco en él recuerda al joven que se marchó lleno de esperanzas y
promesas.
Casualmente,
la noche en que regresa a Bowden, se está celebrando un baile con
motivo del compromiso de Lady Emily Marlowe. En el momento en que
Ashley ve a Emily, a la que al principio no reconoce, se acerca a
ella y, para consternación de todos, le pide que baile con él.
Emily acepta y, evidentemente, se convierten en la comidilla de la
noche. ¡Una joven sordomuda baila!
Sin
embargo, a pesar de que Ashley ha hecho realidad su mayor anhelo, a
sus ojos es un hombre casado y, al día siguiente, Emily hace honor a
su palabra y se compromete formalmente con Lord Powell.
Con
el paso de los días Emily se ha dado cuenta de que Lord Powell, tal
vez, no sea el hombre adecuado para ella. Junto a él vivirá en una
jaula de oro, pero una jaula al fin y al cabo. No obstante también
representa su única oportunidad de hacer realidad su sueño de
formar su propia familia.
Ashley
es un imposible.
Para
sorpresa de todos, con el paso de los años la pequeña Emmy se ha
convertido en una mujer independiente. Pese a ser sordomuda, sabe
leer los labios y puede hacerse entender. Aunque en el fondo su
familia creía que se quedaría soltera, lo cierto es que recibe una
propuesta de matrimonio de un conocido de Luke Kendrick, el duque de
Harndon. Aunque adora a sus sobrinos, y se siente muy querida por
Anna y Luke, Emmy siempre ha deseado formar su propia familia. Ha
estado enamorada de Ashley desde que tenía catorce años, pero
cuando él se marchó a La India y terminó casándose y formando su
familia, Emmy no renunció por ello a, también ella, hacer lo mismo.
El
regreso de Ashley no trastoca sus planes, al menos inicialmente, pero
con el paso de los días se percata que algo le ha sucedido en La
India. Ashley ha regresado solo, está amargado y herido.
Durante
años Ashley ha guardado el recuerdo de Emmy en su memoria, pero en
un lugar tan oculto que ni se ha permitido pensar en ella. Así que
cuando se reencuentran y descubre que aquella niña que lo adoraba y
seguía a todas partes se ha convertido en una preciosa mujer, algo
extraño le sucede. Pero Emmy es lo único puro y hermoso que queda
en su vida y no desea que la oscuridad que hay en él la toque. Sin
embargo, cuando por su causa el compromiso de Emmy y Lord Powell se
rompe y, como corresponde, trata de enmendarlo, Emily se niega.
Creo
que a todas las que leímos Heartless nos enamoró esta pareja: Lord
Ashley y la pequeña Emmy. Ya en aquella novela fuimos testigo de
cómo adoraba Emmy a Ashley y del vínculo tan especial que los unía.
Fue Ashley quien ideó un lenguaje especial para poder comunicarse
con ella, fue él el único en vislumbrar que bajo esa apariencia
calma se escondía un corazón enorme y lleno de sueños.
Mentiría
si dijera que no esperaba con ansia leer Silent melody. Como me
sucedió con la novela predecesora, me ha sorprendido el tipo de
novela que he encontrado entre sus páginas. Mary Balogh utiliza los
hilos más acordes a este entramado para crear una historia original,
vibrante y que llega al corazón.
Así,
si bien en parte esperaba algo de lo que he encontrado, en parte
también he encontrado algo más.
Del
Ashley Kendrick que conocimos en Heartless nada queda. Confieso que
durante varios capítulos, hasta que me reconcilié con la idea de
que estaba ante el hombre en que se había convertido, me decepcioné
un poco. Salvo un par de momentos, preciosos e inolvidables, eso sí,
no parecía reparar en Emmy. Y eso me rompió un poco los esquemas.
¿Cómo no ver a Emmy si en el pasado existía aquella relación tan
bonita y tan única?
En
cambio con Emmy me he llevado un gran y maravillosa sorpresa. Leer la
joven, decidida y valiente, aunque en parte lo esperaba por como era,
también me ha sorprendido.
Hay
novelas con las que me sucede algo curioso. Más que todo cuanto
acontece, más que las diferentes etapas que atraviesan los
protagonistas, al final lo que más se queda grabado en mi memoria
son las emociones que me ha provocado su lectura. Y Silent melody es
una novela que emociona, que te llega al corazón.
Al
contrario de lo que esperaba, tal vez por el hándicap de Emily, he
encontrado a Emily mucho más fuerte y valiente que Ashley. Casi como
si hubieran intercambiado sus papeles. Casi como si ella fuera la que
protege, la que vela por el otro. Pero a su modo, eso sí.
He
leído bastantes novelas de Mary Balogh. No digo muchas porque son
tantas las que aún me quedan por leer que son sólo una pequeña
parte, pero de todas ellas, hay algunas que ocupan un lugar especial.
Como Heartless y como Silent melody. En mi opinión Silent melody es
una novela que te atrapa porque reúne algunos de esos elementos que,
en su mayoría, suelen cautivar a las lectoras de romántica. Un
héroe atormentado y herido, una joven valiente que se enfrenta a
sus propios miedos para curar los suyos y una trama que, poco a poco,
te va envolviendo, y desvelando un secreto que ha permanecido oculto
durante mucho tiempo.
Muchos
de los personajes secundarios no nos resultan desconocidos como Anna,
la hermana de Emily, y Luke, el hermano de Ashley. Con el paso de los
años la familia Kendrick ha ido creciendo y conocemos a los cuatro
niños y cómo, por ellos, han cambiado las vidas de Anna y Luke.
Como ya sucedió en su novela, tengo que confesar que este personaje
me ha resultado fascinante. Y siendo, como dije en su día, un
personaje que de entrada no me atraía nada.
También,
por supuesto, siguen teniendo un papel más o menos relevante, el
resto de hermanos Marlowe y la madrina de Anna, junto al tío Theo
que ejercen un poco como las hadas madrinas de este cuento, y como
ya sucedió con Anna y Luke.
Por
todo esto, Silent melody me ha parecido una novela de esas que una
vez comienzas no puedes dejar hasta llegar al final. Y Emily y Ashley
una pareja que se complementan tan a la perfección que, cuando
cierras el libro, notas su ausencia.